Dentro de la estrategia de Grupo ENATE, el concepto de calidad no se detiene en el vino. Su filosofía busca distinguirse a través de su maridaje con el arte contemporáneo, esencia de su carácter y seña de identidad. La personalidad de esta bodega museo asentada en Huesca (DO Somontano) se ha forjado a lo largo de los años a través de la adaptación de su filosofía y valores a las últimas tendencias, abrazando la revolución digital e incluyendo las tecnologías emergentes en sus procesos y servicios.
La digitalización siempre ha conformado una parte importante en la estrategia de la bodega, pero no fue hasta 2020 cuando ENATE vio la necesidad de evolucionar a pasos agigantados. “La actualización de procesos se aceleró principalmente con el covid. Existía un plan estratégico de digitalización a medio plazo, que se activó en solo unos meses”, explica Natalia Royo, responsable de Comunicación de Grupo ENATE.
Poniendo el foco en el cliente, la bodega marcó el objetivo de “profesionalizar sus departamentos y mejorar la atención al público”, resalta Royo. “Ha sido el caso del enoturismo”, asegura, para el que ENATE ha realizado un importante esfuerzo con el fin de ofrecer una experiencia acorde a las necesidades de sus visitantes. “Junto a la empresa tecnológica JIG, buscamos una herramienta accesible y práctica para nuestros turistas, al tiempo que automatizábamos ciertos procesos”, comenta la responsable de Comunicación.
La bodega cuenta con una plataforma de reservas que permite, de una forma rápida e integrada, facilitar los procesos de comunicación, mejorar la gestión de servicios y generar, de forma automática datos de valor sobre el perfil de los clientes. “Esta herramienta nos ha permitido automatizar ciertas partes del proceso y optimizar determinadas funciones, buscando ser más operativos. La gestión del dato es muy importante para nosotros, ya que nos permite medir y evaluar oportunidades de mejora o realizar análisis realistas de la situación”, resalta Royo.
A pesar de experimentar numerosos cambios en su método de trabajo, para Grupo ENATE su filosofía permanece intacta: “La digitalización nos ha facilitado la mejora de ciertas partes del proceso, pero siempre manteniendo nuestra esencia. Ha sido un proceso de cambio rápido, pero el equipo estaba preparado para ello, por lo que nos ha permitido avanzar de forma sistemática y sencilla. Para el cliente ha sido solo una manera de llegar de forma más accesible y con más opciones hasta nosotros”.
La digitalización de las bodegas emerge como un viaje continuo, donde la innovación y la adaptación son elementos esenciales para aprovechar al máximo las oportunidades que las nuevas herramientas aportan al sector del vino. “La tecnología es muy cambiante y, además, esos cambios se producen de forma rápida. El reto es ser capaces de mantenernos al día e identificar nuestras necesidades para ser capaces de adaptarnos a la nueva realidad”, concluye Royo, que cree en la necesidad de localizar oportunidades y colaborar por crear un sector digitalizado, eficiente y riguroso, que esté a la altura de las exigencias de cada momento.