12 septiembre, 2023
La digitalización del sector enológico ha abierto la puerta a grandes oportunidades de crecimiento. Las bodegas han avanzado hacia nuevas fórmulas renovando sus procesos y servicios, impulsando su crecimiento y competitividad y reduciendo su huella medioambiental. Bodegas Riojanas, una empresa familiar fundada en 1890, trabaja para formar parte de esta revolución digital sin abandonar la esencia de sus más de 130 años de historia. “Nuestro objetivo es crear momentos de felicidad compartida para los clientes elaborando vinos únicos, cercanos, de calidad, sostenibles medioambiental y económicamente y aunando, en todo momento, tradición e innovación”, resalta Santiago Frías, presidente de la firma de Cenicero. La integración de tecnología digital a distintas áreas conlleva un cambio cultural y logístico en el método de trabajo de las empresas. En el caso de Bodegas Riojanas, desde sus comienzos, la transformación comenzó a desarrollarse de forma paulatina y natural. “El primer paso se produjo en 2004 con la introducción de un ERP -‘enterprise resource planning’-”, recuerda Frías. Se trata de un sistema de gestión que permite la trazabilidad de todos los procesos de una empresa, posibilitando la planificación y optimización de los recursos. Frías insiste en la importancia de informatizar aquella información que antes estaba reflejada en papel, un proceso que para la bodega “fue más tedioso que drástico”, asegura. Unos años después, la bodega incorporó su lector de etiquetas con el fin de facilitar esta tarea. “Mediante las pistolas inteligentes, los datos se reportaban directamente al ERP. El resto de los cambios se implantaron de manera gradual con el paso de los años, algunos complementarios al ERP y otros intentando cubrir las necesidades que surgían con el tiempo”. La bodega, además, ha desarrollado mejoras digitales en el sistema de limpieza de barricas, la gestión de reservas enoturísticas, la migración de servidores, el control del viñedo y la línea de producción, entre otros. “Uno de los principales cambios ha sido la incorporación de un experto en IT. Con su ayuda, ahora somos capaces de analizar y supervisar los procesos, optimizando y mejorando los tiempos y los resultados, eliminando la duplicidad de tareas y reduciendo costes y errores humanos”. La bodega resalta el enorme acotamiento de intervención humana conforme se incorporan nuevas medidas tecnológicas, aunque, para sus responsables, el trabajo de sus profesionales “siempre seguirá siendo necesario”. “Durante todo el proceso de cambio, hemos contado con recursos humanos muy cualificados, permitiendo que la esencia y la tradición permanezca intacta”, sentencia. Lo digital ayuda a convertir los procesos en datos, siendo la experiencia del cliente un aspecto muy importante para medir la evolución de los cambios. “Es difícil que un consumidor perciba una mejora notable en un período de tiempo reducido, ya que los avances se producen de forma continua y la adaptación de la empresa es de forma gradual”, resaltan desde la firma. En el caso de Bodegas Riojanas, el esfuerzo se ha centrado en mejorar la tramitación y respuesta en los pedidos, la rapidez del servicio, la personalización y la atención al cliente. “Es cierto que