Detrás de una botella de vino hay un cuidado trabajo tradicional de conservación y tratamiento de los viñedos, recogida de la uva y elaboración y comercialización del producto. Pero también está presente un gran proceso de transformación y adaptación a la era digital, una continua investigación y la propuesta de iniciativas innovadoras para mejorar la experiencia del cliente.
Bodegas Olarra apuesta por el diseño de una estrategia que abogue por las cuestiones del presente con perspectiva de futuro. “Somos una bodega familiar, que este año cumple su 50º aniversario. La forma de trabajo ha cambiado desde el principio, sobre todo gracias a la modernización de los sistemas de elaboración y de los sistemas de información desde la viña a la distribución de los vinos” explica Maite Soria, responsable de Marketing y Venta Directa de la bodega.
La digitalización ha marcado un punto de inflexión en el sector, abriendo nuevos escenarios y creando multitud de nuevas posibilidades. Sin perder de vista la tierra, el patrimonio vinícola y el desarrollo sostenible, Bodegas Olarra cree en la naturalidad alrededor del vino y trabaja por realizar una evolución tranquila que mantenga el espíritu “pionero e innovador” que recibieron de generaciones anteriores. “Tenemos muy claro de dónde venimos y hacia dónde vamos. Hacemos vino para las personas y en ellas pensamos cuando lo elaboramos”, resalta.
En un contexto de complejidad y variabilidad, la implantación de avances digitales ha protagonizado la estrategia de mejora del sector vinícola. Bodegas Olarra se ha sumado a esta transformación, mediante un proceso moderado, incorporando a su operativa diaria aquellos avances que en cada momento han necesitado. “Desde el principio hemos estado utilizando programas de ayuda a la gestión empresarial, pero no fue hasta el año 2000, con el cambio de siglo, cuando desarrollamos un entorno de gestión digital propio”.
Desde la gestión de viñedos con información en tiempo real de la situación de la viña hasta la elaboración con ayuda de tecnología pionera, pasando por la comercialización o la gestión de almacenes, Bodegas Olarra avanza hacia la nueva actualidad. “La digitalización se ha colado en cada ámbito de la vida de nuestra bodega para ayudarnos a hacer mejor nuestro trabajo”, cuenta Soria. “Creemos en los avances como una herramienta de mejora, por lo que siempre se han implantado cuando han sido necesarios y de una manera muy personalizada. Esto ha hecho que los cambios hayan sido bien acogidos y utilizados”, concluye.
¿Pero, cómo garantizar que tus productos no pierden la filosofía y el carácter? Para la responsable del departamento de Marketing y Venta Directa de Bodegas Olarra, “los avances digitales sólo ayudan y mejoran cualquier proceso, no sustituyen”. “Es la información que te da la digitalización lo que te permite tomar mejores decisiones, ahorrar tiempo y dinero y optimizar los recursos disponibles, reflejándose en nuestros vinos”, asegura Soria.
Pero los cambios digitales no solo han afectado a los procesos de elaboración, también ha cambiado la experiencia del cliente. “Desde la compra online hasta la reserva de visitas, por ejemplo, son procesos que hoy no se conciben sin esta inmediatez que buscan los clientes en sus relaciones con las empresas. A pesar de ello, nosotros seguimos manteniendo esa línea de contacto directo con ellos para que sepan que estamos disponibles”, explica.
Esta nueva forma de trabajo ha permitido establecer colaboraciones y sinergias con otras bodegas y compañías tecnológicas. “Trabajamos con empresas del sector en las que confiamos y nos ayudan a dar los pasos necesarios para ir avanzando. Los progresos se comparten y se democratizan. En las bodegas empezamos a ser conscientes de que unidas sumamos mucho más”.
Para Bodegas Olarra, la digitalización no es más que mejor y más abundante información, procesos más eficientes y, en definitiva, una mejor toma de decisiones, perfeccionando cualquier ámbito en los que se aplique.
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